Lo que intento decirte es que entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño,
insignificante y patético de la humanidad y lo que es sentir dolor en
partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías. Y da igual cuántas
veces te cambies de peinado, o a cuántos gimnasios te apuntes, o cuántos
vasos de cerveza te tomes con las amigas, porque sigues acostándote
todas las noches repasando todos los detalles y preguntándote qué
hiciste mal o qué pudiste malinterpretar. Y cómo mierda en ese breve
instante pude pensar que era tan feliz.